La excursión que proponemos es llegar caminando hasta las playas vírgenes que están situadas frente a la isla (o islote) d’en Colom El punto de partida, el pueblo de pescadores de Es Grau es una típica urbanización de segundas residencias de menorquines, poco frecuentada por turistas foráneos. Es agradable pasear por sus muelles, en el que aún subsisten algunos pescadores profesionales de langosta. Dicho nucleo residencial está al Norte de Maó, hay que tomar el desvío que está en la carretera Maó-Fornells. Tras visitar el pueblecito hay que atravesar a pie la playa y bordear la bahía por un pequeño camino que arranca en el extremo contrario de la playa. En este punto no hay que tomar el sendero del «Camí de Cavalls», que nos llevaría hacia el interior alejándonos de nuestro destino, sino seguir el camino que bordea el mar. El terreno es pedregoso y árido, por lo que conviene llevar calzado adecuado, sombrero y bebidas. Se llega primero a las pequeñas playas que están en el lado contrario al pueblo de Es Grao. Allí se puede tomar un baño si no se quiere hacer el recorrido de un tirón, ya que puede llevar algo más de una hora. Después, al doblar el cabo conocido como de Fra Bernat, ya se ve la isla del Colom enfrente y un seguido de playas como S’arenal d’es Moro y Sa Torreta, que no tienen acceso por carretera y casi siempre están vacias. No hay ningún tipo de servicios, pero es una zona que vale la pena visitar. Conviene ir cuando soplen vientos del Sur o del Oeste, para encontrar las playas en las mejores condiciones. Si no se tiene ganas de caminar, se puede tomar un pequeño barco que lleva a los turistas a la Isla d’en Colom, donde hay una pequeña cala, y los recoge por la tarde, pero de esta manera no se podrán visitar las playas mencionadas.