Historia


Vestigios de la época romana en Sanitja, Menorca

Vestigios de la época romana en Sanitja, Menorca

La historia de Menorca es la historia de una sucesión de invasiones. Ello no deja de ser lógico, si tenemos en cuenta que la isla se halla situada en un lugar estratégico tanto militar como comercialmente, y por ello ha sido pieza codiciada por las naciones e imperios que ha intentado el dominio del Mediterráneo.

Las taulas y talaiots que salpican la isla datan de una época relativamente tardía en la cronología prehistórica, la edad del bronce, que discurre en Menorca desde el año 1.600 AC hasta el 200 AC. Cuando comenzaba a declinar la cultura talayótica, Menorca recibió la visita de los comerciantes fenicios y griegos, y la primera conquista militar: la de los cartagineses, quienes fundaron las ciudades de Jamma (actual Ciutadella) y Maghen , actual Mahón. En las tropas cartaginesas militaron los famosos honderos baleares, de los que se decía que eran capaces de atravesar los escudos y los cascos con sus proyectiles de piedra.

Los romanos, capitaneados por Quinto Cecilio Metelo, conquistaron las Baleares en el año 123 AC, dando la denominación de Balearis Minor o Minórica a nuestra isla. De la época de la colonización romana es el mosaico encontrado en la Isla del rey, en el puerto de Mahón. También se han encontrado estatuillas de bronce, objetos de adorno, inscripciones y abundante cerámica.   Excelentes muestras de todo ello se exhiben en el Museo de Menorca, situado en Mahón.

Torre de defensa de la época de la dominación británica, en Ciutadella de Menorca

Torre de defensa de la época de la dominación británica, en Ciutadella de Menorca

De la época paleocristiana, que dura hasta que los vándalos arrianos toman la isla en el año 427, se conservan las basílicas de Son Bou, Torelló, la de Es cap d’es Port de Fornells. La ocupación de isla por los árabes se lleva a cabo a principios del siglo X, pero desde dos siglos antes los barcos que partían de la península y el Norte de Africa asediaron la costa y temporalmente algunas ciudades.

Cuatro siglos de dominación musulmana han dejado en Menorca una profunda impronta. No solo en la toponimia (Binibeca, Binisafulla, Alcaufar, Cala Galdana, y un larguísimo etcétera), sino también la afición a los caballos, vestigios arqueológicos como el Castillo de Santa Agueda, y hermosas leyendas que han sido transmitidas oralmente.

En el año 1287 Alfonso III conquistó Menorca para la corona de Aragón, exterminando la población de religión musulmana para sustituirla por colonos catalanes y mallorquines.

Los hechos más trágicos (tras la sangrienta reconquista) de la historia de Menorca se producen en el siglo XVI, con el saqueo de Mahón (1535) por el pirata turco Barbarroja y, en mayor medida si cabe, el de Ciutadella por Piali, pirata turco también, en 1558. El 9 de Julio de ese año los asaltantes, tras más de una semana de asedio, lograron abrir una brecha en la murallas de Ciutadella. La matanza y destrucción de la ciudad se recogen el documento llamado «Acta de Constantinopla». Más de 3.500 ciutadellencs fueron tomados como esclavos.

Obelisco conmemorativo del saqueo de Ciutadella de Menorca por los turcos, en 1558

Obelisco conmemorativo del saqueo de Ciutadella de Menorca por los turcos, en 1558

Franceses e ingleses se alternaron en el dominio de la isla desde la primera ocupación inglesa en 1708, hasta la firma del tratado de Amiens en 1802, por el que Gran Bretaña devuelve Menorca a España. Estas dominaciones han dejado evidentes huellas en la arquitectura, el lenguaje, e incluso en el carácter de los menorquines. El fuerte de Marlborough, en Es Castell, o la casa de Lady Hamilton, amante de Lord Nelson, son visitas recomendadas, así como la fortaleza de La Mola (Fortaleza de Isabel II) en la bocana del puerto de Maó.

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