Pesca del calamar en Menorca

calamares pescados en Menorca

Una de las modalidades de pesca más tradicionales de la isla de Menorca es la pesca del calamar con potera. Desde mediados de Diciembre hasta finales de Marzo, los aficionados menorquines a esta adictiva clase de pesca zarpan de sus puertos base (Maó, Fornells o Ciutadella) un par de horas antes del ocaso, para aprovechar los momentos de mayor actividad del calamar.

Estos cefalópodos, muy apreciados gastronómicamente, se mueven en grupos que pueden contar con sólo unos pocos o con decenas de animales, buscando su alimento (pequeños peces pelágicos como jureles, bogas o sardinas) en zonas muy determinadas que los buenos pescadores conocen gracias a la experiencia, como Sa Barra, Es Clapissar, o Es Revogit.

El arte de pesca consta de un plomo en forma ahusada (la potera), de entre 60 y 90 gramos de peso, forrado de hilo blanco (que puede combinarse con otros colores) y con una corona de púas muy afiladas en las que se prende el calamar, que confunde la potera con un pececillo en apuros gracias a los movimientos que el pescador le imprime subiendo y bajando la línea, con una secuencia de tirones propia de cada uno, buscando la mayor efectividad. A la potera se la denomina fluixa en la zona de Ciutadella y calamarera en la de Maó, y en los últimos años han perdido terreno frente a la moda de los pajaritos de fabricación japonesa, que resultan muy efectivos cuando los calamares no se deciden a atacar el arte tradicional.

La acción de pesca consiste en una serie de búsquedas de la zona en la que puedan hallarse los calamares, que suelen atacar el señuelo rápidamente si se encuentran comiendo, y en regresar una y otra vez al lugar donde se ha tenido éxito, ya que la corriente desplaza la embarcación alejándola poco a poco de la senya, que es el punto exacto donde han picado.

Una vez que las últimas luces del ocaso desaparecen es hora de regresar a puerto, ya que los calamares cesan en sus ataques a los señuelos cuando la oscuridad es completa.

 

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